Hola a tod@s, ¿cómo estáis?
Este fin de semana una chica encantadora (junto con su familia) ha tomado su primera comunión y a diferencia de lo que podáis pensar, le apetecía una tarta diferente.
No quería ni princesas, ni Barbies, ni motivos de comunión.
A ella le apetecía unos "pájaros cabreados"
Así pues le preparé una tarta de bizcocho de chocolate y vainilla, rellena de ganaché de chocolate negro y mermelada de frambuesas. Que según me han contado les ha encantado.
Sé que si le llamó mucho la atención, porque la trasladé desmontada y la terminé de montar ya en su casa y tanto ella como su hermanita más pequeña tenían la carita llena de ilusión mientras yo ponía a los cerditos verdes en sus lugares.
Os subo un par de fotos y me permito dar las gracias a Esther, a toda su familia, a Iris y toda la suya y sobre todo al pequeño Luis, que comió un poquito de su primer cupcake y me encantó que aunque no sabía hablar mostró una fascinación increíble por el pastelito.
Este es el verdadero valor de hacer estas cositas, al menos para mi.
Gracias a tod@s de verdad.
Cupkery.
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